Desde
que finalizó el último Congreso, el balance del trabajo realizado por la
dirección comarcal ha dejado mucho que desear, tanto a nivel interno como
externo.
En
este período ha sido evidente una ralentización de la actividad sindical, una
ausencia de dirección, una falta de propuestas sindicales a nivel comarcal y, a
nivel interno, una actitud beligerante con los que no pensamos igual que ellos
y con los que nos resistimos, en el actual contexto, a un modelo sindical
débil.
La
dirección comarcal, encabezada por su responsable de organización, ha estado
más preocupada en suplantar el papel de los ramos en aquellas cuestiones que le
son propias, como por ejemplo en las elecciones sindicales, que en fortalecer
la propia Unión, en la capacidad de coordinación y en ejercer el papel de
confederalidad en el territorio que le corresponde.
En
los ámbitos institucionales se ha producido una merma de nuestra influencia
básicamente por la combinación de dos factores: de un lado, la falta de
dirección sindical y la ausencia de una propuesta territorial autónoma y no
subalterna a la de las instituciones, y por el otro, cómo la ofensiva
recortadora se ha concretado en estos ámbitos, especialmente el de empleo,
dejando en una situación marginal a la capacidad de concertación.
En
cuanto a las relaciones mantenidas con las entidades, organizaciones y
movimientos sociales, han sido intermitentes y presididas por una actitud entre
la prepotencia y el paternalismo, cuestiones que no han favorecido nuestra
conexión con los mismos. Al contrario, en muchos casos los ha alejado, como fue
patente el día de la última huelga general, en la que se hicieron tres
manifestaciones distintas en la ciudad de Sabadell.
Este
período no ha podido ser más nefasto en lo referente al trabajo de organización
interna, la relación con los ramos, el fortalecimiento de nuestra estructura
sindical en las empresas y la gestión democrática de los órganos de dirección.
Hemos asistido a un incremento del autoritarismo, al desprecio a la pluralidad
en el Sindicato, a la intención de sustituir el trabajo de los ramos a causa de
la falta de ideas para trabajar como Unión, además de haber cultivando muchos
vicios burocráticos y autoritarios.
En
definitiva, la dirección de la Unión comarcal ha estado perdida en este
período, limitándose a ser una terminal o delegación de la CONC. No ha tenido
capacidad para ejercer su autonomía, como tampoco ha impulsado la coordinación
de la acción sindical, ni en la lucha contra la crisis en las empresas y
sectores de la comarca, ni en la acción sindical territorial. Han faltado ideas
e imaginación, pero sobre todo, voluntad de unir a todo el Sindicato para ser
más efectivos y eficaces en la resistencia frente a la crisis y los constantes
recortes laborales y sociales.
Creemos
que hay otra forma de hacer sindicalismo y consideramos que otro sindicato de
CCOO es posible, es por eso que hemos decidido hacer una propuesta de trabajo
real que nos lleva a presentar una nueva candidatura al próximo Congreso de la
Unión Comarcal. Una candidatura encabezada por el compañero Miguel López.
Necesitamos
un sindicato que conecte con las mejores tradiciones del movimiento obrero de
nuestra comarca y que analice la situación tal y como es. Unas CCOO que
presenten una propuesta de trabajo y de acción, y que además sea útil para
hacer frente al cumulo de agresiones que estamos sufriendo los trabajadores y
trabajadoras, individualmente y como clase.
Somos
conscientes que se han dejado muchas cosas en el camino y que estamos en un
cambio de época, donde van a por todo. La tarea no es fácil, pero al mismo
tiempo seguimos creyendo en la capacidad de la clase trabajadora para resistir.
En estos momentos, el papel del Sindicato, junto a muchas otras organizaciones,
es el de ayudar a las personas a elevar la conciencia de clase y a contribuir a
transformar la indignación en organización. Una de nuestras misiones es
convertir la protesta en propuesta, y para eso es imprescindible incrementar nuestra
capacidad de lucha, reforzar la unidad interna, desde el respeto a la
pluralidad, y establecer una agenda reivindicativa y de movilización unitaria
con el resto del movimiento sindical y social, tanto en las empresas como en la
sociedad.
En
este sentido, a continuación presentamos algunos ejes para ir conformando la
propuesta reivindicativa y de acción. Se trata de una propuesta que sirve para
la confluencia y la lucha. Es también una propuesta organizativa, que busca
reforzar el sindicato, no solo desde la proximidad, sino desde la propia
empresa, desde el propio sector, y desde la propia capacidad de auto
organización de los trabajadores.
EN DEFENSA DEL EMPLEO DE
CALIDAD, LOS DERECHOS LABORALES Y DE LOS TRABAJADORES EN PARO.
En
la actualidad, la principal preocupación para una organización como la
nuestra ha de ser la existencia de casi
5 millones de parados, además de los bajos niveles de protección social de los
mismos, que ya empiezan a ser recortados por el Gobierno del PP.
Lo
único que consiguen las políticas de austeridad aplicadas desde los gobiernos
centrales y autonómicos, e impulsadas desde las instituciones europeas, es
contraer más la economía y crear más destrucción de empleo.
Desde el Sindicato no debemos obviar
que la situación ha cambiado, y no podemos mantener las propuestas como si
ahora estuviéramos en las mismas condiciones que hace 4 años. Hoy, nuestras
reivindicaciones han de centrarse en la resistencia a las políticas
macroeconómicas que están golpeándonos, y contra sus inspiradores, que son los
responsables de la crisis. Debemos luchar contra las políticas neoliberales y
el capital especulativo y financiero. Además, tendremos que actuar a niveles
más básicos y elementales para defender el empleo y los derechos laborales y
sociales.
El estado del bienestar se desarrolló
en los diferentes países europeos, como expresión, en ese momento histórico, de
una relación de fuerzas. La hegemonía neoliberal ha cambiado el equilibrio y
por tanto está destruyendo el modelo.
La única salida favorable para los/las
trabajadores/as de la crisis ha de estar basada en un cambio del modelo
productivo, y del modelo de desarrollo hegemónico imperante hasta el momento.
Un cambio que ha de tener como base
diversos factores: rechazo a la financiación de la sociedad, la defensa de la
industria, potenciar los sectores que aportan valor añadido (ya sea material o
social) y que produce bienes materiales, la calidad de los productos, la
inversión en I+D+i (factor que podría contribuir a evitar la salida masiva de
jóvenes formados al extranjero), la justicia de las relaciones laborales, el
pleno empleo con estabilidad y derechos, unos servicios públicos que garanticen
los derechos básicos. Pero eso no es todo, además debemos intentar cambiar
algunos valores imperantes en la sociedad como son el consumismo, el
individualismo y la insolidaridad.
Solo siendo plenamente conscientes del momento que
vivimos podemos establecer las estrategias de acción correctas. No debemos
entrar en la fase de reconquistar los derechos perdidos si previamente no somos
capaces de establecer los diques de resistencia, de crear los vínculos sociales
y políticos que nos den la cobertura necesaria e imprescindible. Debemos
ofrecer espacios organizativos al conjunto de la población, y establecer las
alianzas con otros sectores sociales también golpeados por la crisis y que
objetivamente no pueden compartir las políticas aplicadas por CiU y PP. Nos
referimos a los trabajadores autónomos (más allá de los autónomos
dependientes), los pequeños y medianos comerciantes e industriales. Con muchos
de ellos podemos compartir plataformas comunes en aspectos básicos, como son
las propuestas para el crecimiento económico para el dimensionamiento de las
empresas (con el fin de que fluya el crédito), la regulación del sistema
financiero, el impulso a la industria y a sectores de alto valor añadido, etc.…
Somos
conscientes que solo podremos acercarnos a una salida de ese tipo desde la
concienciación, desde la construcción de una identidad de clase donde se sientan
identificados trabajadores de la industria, de los servicios y el conjunto de
asalariados. Debemos luchar para construir nuevas hegemonías ideológicas,
sociales y políticas en la sociedad, que nos permita una correlación de fuerzas
diferente.
En situaciones de crisis también puede crecer el
racismo y la xenofobia. En nuestra comarca ya hemos podido percibir algunos
indicadores de este problema social. Por lo tanto, es fundamental reforzar la
idea de que el objetivo de los/las inmigrantes al venir a nuestro país es el de
buscar trabajo (igual que ahora están haciendo muchos de nuestros jóvenes al
emigrar a otros países). Eso quiere decir que el trabajo, la pertenencia a una
misma clase social es lo que nos une. En definitiva, nuestras propuestas han de
estar presididas por la existencia de una sola clase, para que existan los
mismos derechos para todos y todas, y que nunca segreguemos a las personas por
su origen geográfico.
Asimismo debemos hacer pedagogía social para que la
rabia de las personas que se encuentra en más dificultades se proyecte
correctamente hacia los responsables de su situación, que son los que ostentan
el poder (aunque pueda parecer más abstracto), y no sobre los más débiles y los
que han llegado más recientemente al país.
A
nivel comarcal debemos poner el acento en:
-
Realizar propuestas de
desarrollo económico en el ámbito comarcal y exigir ámbitos de concertación
donde decidir sobre el conjunto de las políticas económicas públicas que se
implementen en la comarca.
-
La coordinación de las
luchas contra los expedientes, y en general contra los efectos de la crisis.
-
Contribuir a crear
espacios de organización, asesoramiento y solidaridad con los/las
trabajadores/as en paro.
-
Coordinar esfuerzos en la
negociación colectiva para mantener el empleo con derechos, pues en momentos de
crisis, una de las primeras cosas que se resienten es la calidad del empleo y
de la seguridad en el trabajo.
-
Coordinar campañas con los
diferentes ramos con los siguientes objetivos: evitar que se baje la guardia,
impulsar los tema relacionados con la salud laboral y seguridad en el trabajo,
continuar trabajando en las políticas de igualdad entre mujeres y hombres en
las empresas, potenciar las políticas favorables a la conciliación de la vida
laboral y personal, garantizar el cumplimiento y las garantías laborales plenas
a los trabajadores con discapacidad en las empresas.
-
Mantener una denuncia y
presión permanente sobre los responsables de la crisis y de los ejecutores de
las políticas de recortes y austeridad, propuesta que debe entenderse como una
forma más de lucha ideológica.
-
Luchar contra el recorte
de las políticas activas, unas políticas que aunque puedan tener un carácter
asistencial han sido elementos que han contribuido a ayudar a muchos
trabajadores y trabajadoras, tanto en la búsqueda de empleo como en la mejora
de sus competencias formativas. Además, les ha ayudado a tener trabajos e
ingresos, aunque sea de forma temporal, a través de los planes de empleo.
-
Debemos hacer propuestas
para adaptar las políticas activas al momento actual. Las políticas activas
diseñadas en momentos de bonanza estaban pensadas cuando existía la mitad del
paro actual. Ahora, la preocupación fundamental de estas políticas no solo
pueden ser las personas en riesgo de exclusión social, que de todas formas
deben tener un tratamiento específico. Al mismo tiempo debemos hacer un frente
común en defensa de las políticas activas en el territorio y exigir
transparencia a las administraciones en todo lo que se refiere a las mismas...
-
Establecer una mesa de
trabajo con otros sectores golpeados por la crisis (autónomos, pymes,…), para
buscar confluencias y elaborar propuestas y estrategias de actuación.
-
Siendo conscientes de que
sin crecimiento será difícil la creación de empleo, en momentos de crisis,
sigue siendo importante apostar por la mejora de la cualificación de los
trabajadores y trabajadoras. La formación personal es un elemento que puede
contribuir a la búsqueda del empleo. En este sentido es necesario impulsar
propuestas para desarrollar todo lo referido a la formación, exigiendo la
mejora de la calidad de la misma.
-
Dado los altos niveles de
paro juvenil existente y por las implicaciones sociales de futuro que conlleva
este fenómeno, a nivel comarcal proponemos un acuerdo entre administraciones,
organizaciones sindicales y empresas para impulsar la contratación de jóvenes,
y en los casos que sea necesario facilitar que puedan simultanear trabajo con
formación.
-
La LISMI (ley de
integración social de minusválidos), siendo ésta una ley de obligado
cumplimiento, permite a los empresarios acogerse a medidas alternativas para no
contratar a personas de éste colectivo. Es por ese motivo por el que deberemos
impulsar su contratación, ya sea en el ámbito público como en el privado. Ésta es
la única forma real de integración al mercado de trabajo de estos
trabajadores/as, hecho que les permitiría alcanzar la independencia económica y
la emancipación, sintiéndose así parte de la sociedad y reconociéndoles las
capacidades que les son propias.
POR LOS DERECHOS SOCIALES
Y LA DEFENSA DE LO PÚBLICO.
Defender los derechos
sociales es luchar contra las desigualdades.
A lo
largo de los años la lucha del movimiento obrero ha conseguido conquistas en el
aspecto laboral, pero también avances sociales importantes, como la educación,
la salud y el sistema de pensiones. Con el tiempo, estos avances han ido
deviniendo en derechos sociales universales, e incluso en los últimos años se
habían visto ampliados con la conquista del sistema de protección a la autonomía
persona (dependencia). Aunque ésta no ha llegado a desplegarse totalmente por
falta de voluntad política en la asignación de recursos al mismo, especialmente
por parte de los gobiernos centrales.
En
nuestro país, el garante de estos servicios públicos ha sido la existencia de
un sector publico que se ha fortalecido de forma decisiva. En el caso de la
sanidad, después de la dictadura, se ha universalizado gracias al impulso de
los movimientos sociales y democráticos.
En la enseñanza y en la sanidad, en cuanto a la provisión de los
servicios se empleaba una fórmula mixta pero con el derecho universal al acceso
y a la gratuidad del servicio. Especialmente ha proliferado con el nombre de
concertado una parte de la asistencia hospitalaria y la enseñanza en núcleos
urbanos importantes (donde es posible hacer negocio por la existencia de una
masa crítica suficiente). Se trata de conciertos que a menudo han lastrado un
desarrollo más completo del sistema público y han mantenido la tensión por la
privatización y mercantilización de determinados ámbitos, aquellos con mayores
posibilidades de negocio.
Estos
derechos sociales son fundamentales como políticas que contribuyen a combatir
la desigualdad, especialmente por razón de origen social o geográfico. Además
cubren necesidades sociales básicas para toda la población, y al mismo tiempo
son sectores que generan empleo de calidad para proveer los servicios que
tienen encomendados.
En estos
momentos las cosas están cambiando. Cada vez existen una mayor desigualdad
entre las fuerzas del trabajo y del capital. Esto viene sucediendo desde los
años 70, con la ofensiva liberal de Reagan y Tatcher, en el inicio de eso que
llamamos neoliberalismo. Desde su inicio, su objetivo ha sido priorizar el
control de la inflación frente al crecimiento y la creación de empleo,
favorecer los beneficios empresariales en detrimento de los salarios, una
redistribución regresiva de la renta mediante impuestos y contención del gasto
público, transferir lo público a lo privado y cambiar la relación de poderes en
las empresas y en la sociedad, debilitando a los sindicatos y a las
organizaciones sociales.
Con la
excusa de la crisis han conseguido difuminar la capacidad de acción colectiva,
desprestigiar y desmovilizar al movimiento sindical, fragmentar a los
trabajadores. Nos han hecho creer que todos éramos clase media con la inmersión
en un espejismo colectivo de crecimiento especulativo y consumo desenfrenado a
través de la expansión del crédito. Esos mismos poderes que nos han sumido en
esta crisis pretenden llevar hasta sus últimas consecuencias el paradigma
neoliberal, recortando derechos sociales y laborales, cambiando las reglas del
juego en el ámbito de las relaciones laborales y transfiriendo competencias y
servicios públicos al ámbito privado para su propio beneficio. Para conseguir
sus fines siguen aplicando políticas de austeridad a sabiendas de que solo
sirven para destruir más empleo.
En
nuestra comarca estamos viviendo en primera persona los efectos de los recortes
sociales, recortes que suponen una agresión al conjunto de trabajadores/as.
Ahora, los poderosos abundan en la teoría de la corresponsabilidad de todos/as,
acusándonos de habernos aprovechado en los momentos de crecimiento y
culpabilizándonos de la situación actual, para poder argumentar que éste es el
único camino posible.
En
definitiva, una vez más pretenden hacer recaer las consecuencias de la crisis
en los trabajadores/as, y desposeernos de los servicios y prestaciones públicas
conseguidas a lo largo de la lucha de generaciones. Y frente a eso, no son
suficientes las palabras, no son suficientes los argumentos. Debemos tener la
fuerza suficiente para establecer las resistencias necesarias y empezar a tejer
los elementos de solidaridad de clase imprescindibles para construir
instrumentos de ayuda mutua.
A
nivel comarcal debemos intervenir de forma más decidida en la defensa de lo que podemos
llamar salario indirecto, dado que la merma de los sistemas de protección
social repercute directamente sobre la capacidad de compra de la población. En
este sentido proponemos:
-
Trabajar junto con
otras entidades, organizaciones y movimientos sociales para construir un
movimiento amplio y unitario contra los recortes.
Tenemos que recoger la experiencia de "prou retallades" a nivel
de Catalunya y de otras experiencias locales, para
aplicarlas en la comarca.
pero también su
concreción en todas las localidades de la comarca que sea posible y que sea
capaz de plasmar un proyecto que se confronte a los recortes y al mismo tiempo
se dote de una agenda para la movilización y vaya creando instrumentos comunes
para la solidaridad y la resistencia.
-
Desarrollar una campaña en defensa
de los servicios públicos en las empresas más importantes y localidades de la
comarca.
-
Establecer un grupo de coordinación que junto a la Unión
comarcal resiga y coordine las diferentes movilizaciones que se produzcan en los ramos más afectados por los
recortes, como son sanidad y enseñanza.
Vincular de forma no corporativa la defensa de los servicios públicos y la
defensa de las condiciones de trabajo en estos sectores.
-
Impulsar la campaña
contra el repago de los medicamentos.
-
Las personas
mayores son otro colectivo que están afectados especialmente, ya sea de forma
directa, con la congelación
de las pensiones, o de forma indirecta, con los recortes de servicios y prestaciones sociales. Por tanto, requerirán una atención
especial por parte de la Unión, que asistirá a
este colectivo para organizar la lucha de los
pensionistas y jubilados, más allá de la forma organizativa que se decida
confederalmente.
Además de los servicios públicos, existen otros espacios sociales donde
como sindicato hemos de colaborar y contribuir a forjar resistencias, como es
la lucha contra los desahucios que en nuestra comarca está golpeando a centenares de
familia. En este sentido
planteamos:
-
Implicarnos en las
acciones de solidaridad concreta frente a los desahucios que se produzcan en la
comarca, estableciendo un sistema de alerta e información en nuestros medios de
comunicación para convocar acciones con
el fin de parar los desahucios.
-
A nivel comarcal proponemos la creación de un parque público de viviendas para atender las
necesidades sociales. Este fondo se
formará con los que poseen las Cajas y
Bancos que han recibido dinero público.
-
Continuar trabajando en la línea de la Iniciativa legislativa
popular por la dación en pago.
-
Participar en las
plataformas de afectados por las hipotecas.
Entre los nuevos derechos que el sindicalismo ha incorporado a su agenda, está el derecho
a una movilidad sostenible que potencie el acceso en transporte público o colectivo a los
centros de trabajo, especialmente en los polígonos industriales o las nuevas
aéreas de actividad económica. En este sentido planteamos:
-
La mejora del
transporte público entre localidades y los polígonos y áreas de actividad
económica. Y la oposición a los desmesurados incrementos de las tarifas del
mismo en los últimos años.
-
La negociación de
planes de transporte colectivo a nivel de los diferentes polígonos y áreas
económicas.
-
Asegurar el
transporte nocturno necesario entre las diferentes ciudades y pueblos de la
comarca...
En estos
momentos los recortes se han concentrado
en los derechos sociales (principalmente en sanidad,
educación y dependencia), en las
políticas fiscales regresivas, en los derechos laborales, en los salariales y en
las condiciones de los empleados/as públicos. Otros recortes han empezado a afectar a los parados y a los
pensionistas, que sienten la nueva amenaza que se cierne sobre el sistema
público de pensiones y que seguirán profundizándose y extendiéndose a todos los
trabajadores y al resto de sectores sociales.
A tenor de
lo expuesto estamos asistiendo a un
ataque generalizado contra nuestras condiciones de vida y de trabajo que conforman
un cambio de paradigma social. En este contexto, el conjunto de las propuestas que realizamos han de
incorporar perspectivas diferentes en la lucha contra las desigualdades, como son las de género,
de origen geográfico o de cualquier otro tipo.
En momentos como los actuales debemos de
intensificar nuestro trabajo, nuestra lucha de ideas y el desarrollo de
elementos de solidaridad de clase.
Asimismo, tenemos que incorporar al
máximo de personas a la lucha porque no hay espacio para la resignación o el
conformismo en esta disputa de intereses. La lucha de clases ha sido el
motor de la historia y ahora es momento para luchar, de otro modo
el futuro que nos espera es desolador. A
través de ella también podremos recuperar la
capacidad de interlocución.
NO RETROCEDER PARA AVANZAR
Organizarnos mejor en las
empresas y en la sociedad.
En el próximo periodo los principales retos del Sindicato son organizar a los trabajadores, fortalecer la organización en las
empresas y ser capaces de hacer llegar nuestras propuestas a través
de una comunicación correcta y adecuada.
Una propuesta de largo recorrido como la que nos planteamos requiere actualizar nuestros objetivos a la nueva situación, a los medios y las formas de trabajar, superar vicios organizativos y reorientar la estrategia. Pero, sobre todo se trata de tener unas bases sólidas, bien arraigadas en las empresas y así reconquistar el prestigio de la organización en la sociedad.
No se trata tanto de que el Sindicato este próximo a los trabajadores,
como de que los trabajadores se sientan Sindicato. Por tanto, el Sindicato debe ser un factor de organización y de acción concreta dentro de las empresas, en el que los trabajadores deben sentir que su utilidad es la de tener un instrumento para unirse a sus compañeros y compañeras en defensa de sus reivindicaciones. Entendemos el Sindicato como un espacio de
solidaridad y de formación, y debe ser propiedad de todos/as los afiliados.
En estos momentos no caben concepciones paternalistas y patrimonialistas
del Sindicato, como si este fuera propiedad del grupo dirigente del mismo. Se
han de superar vicios burocráticos, tendencias institucionalistas y estrategias muy volcadas exclusivamente en la concertación.
En definitiva, debemos superar
la cultura de la delegación tan extendida en la organización y apostar por la
implicación y la asunción de las propias responsabilidades. En esta nueva
concepción la estructura sindical debe jugar un papel diferente en varias cuestiones,
como son el asesoramiento, la accesibilidad y estar al servicio
de la afiliación.
Obviamente, este no es un cambio fácil ni inmediato, y deberemos saber desarrollarlo con inteligencias y paciencia si realmente queremos un sindicato fuerte, con capacidad de militancia, aportación voluntaria y con unas bases sólidas en un futuro.
Los principios que debe transmitir este sindicalismo tienen relación directa con los fundacionales de las
Comisiones Obreras: de clase,
democrático, unitario, socio-político, independiente, internacionalista, plural,
etc.…
El sindicato debe hacer una profunda labor
ideológica. Tiene que recomponer una nueva identidad de clase donde se vean
reflejados el conjunto de asalariados, mujeres y hombres, jóvenes y mayores, temporales y fijos, nativos e inmigrantes. Nuestra organización debe ubicarse con claridad en el ámbito de la izquierda
social y en la perspectiva no solo de cuestionar, sino de transformar la
sociedad capitalista.
La formación sindical
La formación es un elemento fundamental para conseguir
todo lo explicado, pero ésta no puede entenderse exclusivamente como un ejercicio teórico. La mejor
formación sindical es una combinación de conocimientos. Hay que desarrollar un método pedagógico adaptado al mundo del trabajo, y debe incluir
referentes ideológicos. Teoría combinada con la práctica concreta en la reivindicación y en la lucha en las empresas, esa es la mejor escuela de formación que podemos
tener. En los temas formativos deberemos
disponer de diversas opciones, y han de tener cabida los clásicos cursos formativos sobre normativas y habilidades sociales, los seminarios, las sesiones informativas puntuales. En la mayoría de los casos, estas enseñanzas deberán estar adaptadas a los diferentes niveles formativos.
La comunicación
Este es uno de los elementos clave en una sociedad moderna inmersa en la revolución de las tecnologías de comunicación. Aunque este hecho no puede crearnos espejismos sobre la
comunicación en la red, pues nunca debe ser entendida como la única o principal forma comunicativa.
La comunicación es un elemento vital en nuestra sociedad y por tanto
será una prioridad en el próximo período como nexo de unión entre la estructura
sindical y el conjunto de la organización y de la afiliación.
El Sindicato ha de ser capaz de combinar diferentes formas de
comunicación:
-
la recuperación de la asamblea como elemento de debate
e intercomunicación presencial.
-
la presencia pública en la calle o en las empresas con
plafones informativos y octavillas para impulsar campañas, visualizar presencia
del Sindicato y donde se pueden incluso generar espacios de debate social.
-
las relaciones con la prensa a través de comunicados,
ruedas de prensa, publicitación de informes, etc.…
-
la edición de revistas en papel o formato digital que
permitan la información y la reflexión. En este sentido, como instrumento de información de actividades y movilizaciones, planteamos mantener la revista trimestral y un
informativo digital, además de los comunicados a través del correo electrónico personal.
-
hacer de la web un instrumento útil y actualizado
permanentemente.
-
la presencia en las redes sociales, facebook, twitter,
you tube, etc…
Gabinete
Jurídico
Con los cambios normativos de la reforma laboral desaparece la
resolución administrativa en los expedientes de regulación de empleo, tanto en
las suspensiones como en las extinciones. Además, se ofrece
el aprovechamiento masivo empresarial en lo referente
al art.41 del estatuto de los trabajadores con aplicación directa de
modificaciones/ampliaciones de jornada, reducción salarial, etc., lo que sitúa a los
trabajadores/as y delegados sindicales en situación de debilidad, además de poder ser codemandados en el supuesto de
disconformidad con lo acordado.
Por eso, y por ser uno de los mayores activos de nuestro
sindicato, se ha de prestar una especial atención a los abogados/as de nuestro
Gabinete en la comarca, conociendo a través de éstos la realidad jurídica. Es obligatoria y necesaria
la convergencia estratégica de la acción sindical y jurídica. Se han de
establecer reuniones periódicas, como mínimo trimestrales, con este fin.
PARTICIPACION, DEMOCRACIA,
PLURALIDAD
Los órganos de
dirección de la Unión Comarcal
Debemos crear e implementar nuevas formas de relación con los
trabajadores y la sociedad. Estas
relaciones han de estar presididas por los comportamientos
democráticos, la transparencia y la participación en la toma de las decisiones,
entendida esta no solo como información, sino como capacidad de decisión.
La afiliación
La afiliación del sindicato es un elemento de vital
importancia, porque es la base para la organización y para asegurar la
presencia sindical en las empresas. También lo ha de ser en la toma de decisiones, que es
la mejor forma de garantizar la independencia del sindicato, además de la
económica.
Un sindicato fuerte es un sindicato bien organizado, y con mucha afiliación. Tanto en el nivel general
como en nuestra comarca. No podemos estar satisfechos con los niveles de
afiliación actuales. Por tanto, esta ha de ser una prioridad en el futuro mandato:
afiliación y organización del sindicato en la empresa.
Las elecciones
sindicales
En una estructura empresarial de pequeñísima y pequeña
empresa la organización sindical resulta difícil por muchas razones. A nivel sectorial sería
conveniente avanzar en formas de agrupación geográfica que permitan
convocatorias específicas de la afiliación y un seguimiento de la actividad
sindical en las mismas por parte de los Sindicatos comarcales.
Esa misma circunstancia hace que las elecciones
sindicales, que son la forma legal de representación, sean un instrumento
que nos permite llegar a pequeñas y medianas empresas. Lugares donde la organización de los sindicatos se hacen difícil por el poco número de trabajadores.
Más allá de lo deseable de una reforma de la normativa
de elecciones que permitiera una mayor sindicalización, este modelo que
tenemos, con todas sus perversidades, nos exige prestar una atención específica
a las mismas. Y siendo éstas responsabilidad de los ramos, desde la Unión nos
comprometemos a dar apoyo a los ramos para coordinar el desarrollo de las mismas.
Al mismo tiempo debemos dar valor
al papel que juegan los delegados/as en las empresas y que son los que con su trabajo mantienen
la imagen más positiva del Sindicato.
Espacios de
participación democrática.
No se trata de hacer grandes declaraciones sobre la importancia
de la participación para dejarlas después vacías de contenido en la práctica.
Nuestra propuesta es avanzar en la creación de
experiencias de participación democrática, pues el debate libre de las ideas y
el contraste de las diferentes opiniones las vemos como un factor de
fortalecimiento del Sindicato. Por tanto, solo se puede hablar de fomentar la participación con
voluntad de hacerlo si se definen esos espacios de participación previamente y
los objetivos de los mismos.
En el próximo período nos proponemos abrir nuevas
experiencias de participación con la afiliación y estamos abiertos a las formas
de estructuración de la misma.
Las asambleas
de empresa son, como dijimos anteriormente, un espacio básico para la
participación de la afiliación y para recibir de forma directa la opinión del afiliado.
Nos comprometemos a realizar como mínimo una asamblea de delegados/as comarcales al año, dejando espacio para las intervenciones de
los asistentes. Deberán ser complementarias a las asambleas de las mismas
características que realicen los diferentes ramos.
De forma puntual impulsaremos la convocatoria de
asambleas de representantes de secciones
sindicales, especialmente para impulsar campañas informativas o de
movilización en las empresas.
Las uniones locales
son las extensiones necesarias para acercar el sindicato a los afiliados/as, trabajadores/as
y ciudadanos/as en el territorio. Es imprescindible mantener dicho activo acercando
el sindicato a las asociaciones vecinales y movimientos sociales, siendo ésta la
estrategia de proximidad real. El cierre de las uniones significa replegarse,
perdiendo la capacidad de acercamiento. Deberemos reorganizar los recursos con
el fin de mantenerlas y potenciarlas con el menor coste posible, y fomentando
la militancia. La Unió Comarcal deberá encargarse de dotar con los medios
necesarios a dichas uniones. Las abiertas actualmente deberán permanecer
activas.
Aunque seguramente sea cierto que somos la organización de carácter social más
importante de la comarca, tenemos algunas dificultades para articular nuestra
acción en los ámbitos locales. Por tanto, y en la medida que haya compañeros/as que de forma
voluntaria estén dispuestos a crear grupos
de trabajo del Sindicato a nivel local (más allá de
las uniones existentes en la actualidad), avanzaremos en la constitución de nuevas Uniones. Además, intentaremos
buscar espacios físicos gratuitos que puedan ser una referencia para el trabajo
de esos grupos locales. Esta medida nos facilitará una mayor relación con el tejido asociativo local y
una mayor presencia en el territorio. También
pondremos nuestros locales a disposición de entidades y organizaciones sociales
locales.
De forma puntual se harán convocatorias a la
afiliación de las diferentes localidades de la comarca con el objetivo de
informar de los procesos de negociación generales, recoger opiniones de los afiliados y
decidir, en caso de que sea posible, sobre la existencia de los grupos locales
y su composición.
Se intentaran establecer consultas de carácter general a la afiliación para que exprese su opinión ante posibles acuerdos de
concertación a nivel general, o sobre los temas que consideren los órganos de
dirección comarcal o sectorial. Para ello se instrumentaran los medios
concretos para la realización de las mismas.
Se abrirá de forma
permanente un espacio de la afiliación en la web de la Unión para recibir
opiniones, preguntas y sugerencias de la afiliación, con el compromiso de
respuesta en todos los casos.
A nivel estructural
deberemos crear una comisión permanente con
todos los ramos, estén constituidos como sindicato o no, con el objetivo de
tener un conocimiento real y un seguimiento de la situación sectorial,
debatiendo y acordando estrategias
conjuntas de planificación de la actividad sindical en los centros de trabajo e
instituciones. La unión comarcal se ha convertir en la herramienta que deben
utilizar los diferentes ramos para llevar a cabo una acción sindical efectiva, incluso
en los conflictos laborales, sin caer en el intervencionismo. Los sindicatos de
ramo se han de reforzar, siendo éstos la columna vertebral de nuestro sindicato
ya que desarrollan cada día las tareas de asesoramiento, organización,
información, EE.SS, intervención en conflictos. etc. Es decir, los ramos son el
vínculo directo con las afiliadas/os y trabajadoras/es en general. Para que el
flujo de información sea efectivo se establecerá, como mínimo, una reunión
trimestral.
Por lo que se refiere a los órganos de dirección entendemos que han de estar
presididos por el funcionamiento colectivo, el respeto a la
pluralidad, a la democracia y lejos de visiones sectarias.
No entenderíamos falsos debates sobre el tamaño de los
mismos. Lo importante es el número de
miembros que suponen un coste para la organización y que será donde existan
determinadas limitaciones, fruto de las decisiones presupuestarias. En cambio, un número amplio
de miembros del órgano, dentro de los límites razonables y adecuados a las
funciones a desarrollar, da mayor amplitud al debate, da más posibilidad de
puntos de vista distintos y aportaciones diferentes, lo que se traduce en una mayor riqueza del propio Sindicato.
Los órganos de dirección serán complementados por el
resto de espacios de participación. Eso les permitirá tener un
mayor contraste de opiniones y conocer en cada momento la opinión de la afiliación y del
conjunto de la organización.
Además de la Secretaría General, entendemos que la
Unión se ha de dotar de dos órganos de dirección. Por un lado tendremos la Comisión
Ejecutiva. Se trata de una dirección más
operativa y de gestión cotidiana que se responsabilizará de las funciones y labores que se consideren básicas para la Unión Comarcal. Este órgano, a propuesta del Secretario General, será
elegido en el marco del
Comité Comarcal y entre sus miembros. Los criterios para
la conformación del mismo garantizarán la expresión plural en el mismo, y el equilibrio de
género en función de la existente en la afiliación.
El Comité
Comarcal será elegido por el Congreso de la Unión. Decidirá la línea
estratégica, los planes de trabajo, el balance de los
mismos, los presupuestos y los balances
económicos. La totalidad de sus miembros serán elegidos de forma
proporcional a los votos que obtenga cada lista presentada, siempre que
no sea posible una lista única a los órganos de dirección. Se procurara que del
mismo formen parte los Secretarios Generales de ramo o, donde no haya
sindicato comarcal, los responsables de los ramos elegidos al
efecto. Los Secretarios generales o responsables de ramo que
no hayan sido elegidos, junto a los responsables de Uniones territoriales o espacios locales, se incorporaran al Comité Comarcal
como invitados, con voz pero sin voto.
Entendemos que
lo lógico es que el Congreso elija a la totalidad de la dirección del Sindicato, al que
responsabiliza de la gestión del mismo. De esta forma se
garantiza que en el máximo órgano de dirección entre congresos a nivel
comarcal se exprese la pluralidad existente en el Congreso.